Las imágenes que acompañan las canciones cuentan la historia de Lenny Kravitz y apoyan los climas en una secuencia impecable. El ?negrito? de la tapa (él mismo) pidiendo paz desde la piel, sus momentos reflexivos, los histriónicos; el seductor, el rockstar o el avasallante pasan las páginas como las canciones se suceden.

Este, uno de sus mejores trabajos en varios años, es conceptual (habla de los negros en Estados Unidos, sus héroes, sus pesares, sus luchas) desde la carátula. La música pierde la línea, aunque temáticamente se mantiene en la senda. Es desparejo. Aborda con su estilo propio el rock & roll, el funk... Las canciones tienen fuerza, alegría, llevan a moverse... pero no todas. Hay algunas para el olvido, como "Dream", que no merecería estar ni en un lado B. Lo que empezó siendo algo distinto, termina pareciéndose bastante a lo anterior. Sin embargo, es muy bueno.